RECIENTEMENTE EN SAN JOSÉ SE HA PRODUCIDO UN PEQUEÑO Y DISGUSTANTE DEBATE SOBRE LOS HOMOSEXUALES Y LA EDUCACIÓN EN LOS COLEGIOS PRIVADOS. EN ESE CONTEXTO ESCRIBÍ ESTAS PALABRAS. A LOS LECTORES AMIGOS LES PIDO QUE SEPAN DISCULPAR ALGUNA OBVIEDAD LITERARIA. RECUERDEN QUE ESTO ES PARA MIS COLUMNAS DEL PRIMERA HORA, ES DECIR, PARA GENTE QUE TIENE LA BONDAD DE LEERME CON UN POCO MÁS DE INOCENCIA QUE USTEDES... ¡SALÚ!
(y si creen en Dios, rueguen para que no me echen del colegio...)
Por Pedro Peña
“En esta sociedad había, por cierto, excluidos, gente que no podía soportar esos límites. Porque esa sociedad resultaba sumamente apretada y aglutinante. Consecuencia: el individuo queda completamente englobado en una comunidad de la cual no puede apartarse. Y había personas que no soportaban este encierro y que decidían marcharse.
(…)
“El miedo al otro también era miedo al marginal.”
Georges Duby
RESPETO. Quisiera no incurrir en la falta de respeto hacia nadie. Por este motivo lo que haré será tratar el tema como si fuera un objeto de estudio. Las palabras del historiador francés Georges Duby que cité arriba pertenecen a uno de los mejores libros que pueden leerse sobre la Edad Media: Año 1000 – año 2000. Las huellas de nuestros miedos, cuya lectura recomiendo fervorosamente.
Y por cierto que estas palabras, aplicadas al contexto del año 1000, aún hoy mantienen su vigencia. En nuestra sociedad del siglo XXI muchos miedos nos aplastan, pero ninguno como el miedo al otro.
El otro no soy yo. Ese es básicamente el problema. Yo soy totalmente predecible, tomo determinaciones que siguen la lógica de mi vida y me amo mucho. El otro, en cambio, es alguien con el que juego una suerte de competencia, una partida de ajedrez a ver cuál de los dos se mueve mejor en el borgeano tablero de la vida. El otro siempre es diferente, y eso no debería estar mal. Pero cuando el otro es muy, muy diferente, ahí la cosa cambia. Y ese es uno de los puntos sobre los que basaré este somero análisis de la homosexualidad en nuestra vida cotidiana.
Parto del supuesto de que vivimos en una sociedad machista. La mujer, por ende, está casi siempre bajo el dominio del hombre y toca bajo su batuta en la mayoría de las familias. Desde un punto de vista físico-sexual, el hombre es quien “penetra”, “entra”, “invade” el mundo de la mujer. El cuerpo de la mujer es “penetrado”, “entrado”, “invadido”. Esto, claro, desde que el mundo es mundo y desde que el cuerpo de la mujer, en general, es considerado como objeto de pertenencia. El hombre “posee” una mujer, es decir, se adueña de ella y legisla para regular esa posesión.
Pero, ¿qué pasa cuando es un hombre el que se deja poseer por otro? Esa es probablemente una de las heridas más grandes que pueda recibir la hombría de todos los tiempos, y el sujeto que se transforme en objeto, que sea “penetrado”, “entrado”, “invadido” como una mujer, es usualmente visto como un ente de perversión, una manifestación de desorden en un mundo que, al existir un dios, tiende al orden. (Aquí conviene el recuerdo de aquella teoría de las mónadas de Leibniz ridiculizada de forma magistral por Voltaire en su Cándido: “Este es el mejor de los mundos posibles”.) (También conviene el recuerdo de esa voz afeminada con que Paco Espínola representaba al diablo cuando narraba oralmente su cuento “Rodríguez”.) Ese hombre, ese homosexual, es malo. No representa valores apropiados y su alma no puede ser salvada. ¿Por qué? Bueno, porque ha dispuesto de su cuerpo de una manera inusual, de una manera que atenta contra el status quo machista y dominante. A esa persona, automáticamente (y no es que la sociedad “piense” estas cosas cuando las hace) se le restringen los accesos y se le practican toda suerte de bromas y zancadillas. Hasta hace dos o tres años eran muy pocas las murgas que no presentaban un homosexual entre las atracciones de su couplet o de su humorada, y así hacíamos todos catarsis por esa horrenda cosa que nos parece un homosexual.
¿Y cuál ha sido su pecado? Pues bien, su pecado ha sido poseerse a sí mismos. Poseerse y decidir sobre su propia vida y no dejar que decidan la costumbre o las religiones del lugar (todas, y en esto son unánimes y más ecuménicas que nunca, todas las religiones condenan la homosexualidad).
Pero para la hombría hay un golpe aún más duro, y es la constatación de que hay mujeres que, aunque nos duela, no “reciben” placer en la relación sexual con un hombre. Algunas de esas mujeres, incluso, deciden no abstenerse de una vida placentera desde lo físico y encaran relaciones con otras mujeres. Se las conoce con el nombre de lesbianas, y son aún peor consideradas que los homosexuales hombres, pues prescinden totalmente del género masculino, lo que desde un punto de vista simbólico es un pecado difícil de perdonar en una sociedad, como ya se dijo, machista.
CONTROL DE LA SEXUALIDAD. Uno de los puntos clave de la vida del ser humano es su sexualidad. Como esbocé arriba, todas las religiones del mundo lo han entendido muy bien y por ende siempre han regulado los comportamientos sexuales de acuerdo a ciertos patrones más o menos similares: matrimonio, parejas estables, heterosexuales, etc. Aún así cada tanto surgen religiones cuyos preceptos cambian y se aggiornan o simplemente rompen con lo que era usual. Pienso en aquellos primeros mormones del siglo XIX obligados a recluirse en la entonces perdida ciudad de Utah, expulsados por los protestantes americanos debido a sus escandalosos episodios de poligamia, o en los monjes budistas de principios del siglo XX que, tras sincerarse con sus superiores, propiciaron la abolición del celibato en su religión.
El celibato debería analizarse también en la misma línea de las conductas sexuales que cuestionan la hombría de la sociedad machista. El célibe, a grandes rasgos, decide no practicar una actividad para la que ha sido naturalmente dotado. Si el lector de estas páginas cree en Dios (pues quien las escribe sí cree), digamos que el célibe ha decidido por sí mismo no utilizar algo que Dios le dio. O al menos decir que no lo utiliza y comprometerse en público a no utilizarlo. Pues bien, todos respetamos esa condición y la tenemos tan naturalizada en nuestra sociedad que no nos conmueve en lo más mínimo que haya personas que decidan de alguna manera anular la pulsión sexual. ¿Por qué estas personas, cuyo comportamiento ante la sexualidad es si se quiere tan inusual, tan singular, se convierten de pronto en jueces y censores de los comportamientos inusuales y singulares de otros? ¿No sería acaso correcto que la misma tolerancia que ellos reciben pudieran otorgarla? Monseñor Cotugno, que es la máxima jerarquía de la Iglesia Católica (y yo fui educado en el catolicismo y en los valores cristianos, que siempre defenderé), ¿qué podría responder a este respecto?
PREGUNTA. A las lesbianas les viene su nombre de la isla de Lesbos donde vivió la gran poeta Safo, figura principal del mundo clásico griego. Safo se enamoraba de otras mujeres y cantaba a la belleza de Afrodita. También Eurípides, el dramaturgo más transgresor de Atenas, era homosexual. Alejandro Magno (educado por el mismísimo Aristóteles), por supuesto, y miles de otros y otras (Simone de Beauvoir, Oscar Wilde, etc.) entre los que no puedo dejar de mencionar a Federico García Lorca, asesinado de forma muy simbólica durante la guerra civil española por facciosos pertenecientes a Franco (Franco, el mismo Franco de quien algún político uruguayo alguna vez ha hablado maravillas…). Si no hubieran existido estas fuerzas, ¿qué tipo de arte tendríamos?
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“El miedo al otro también era miedo al marginal.”
Georges Duby
RESPETO. Quisiera no incurrir en la falta de respeto hacia nadie. Por este motivo lo que haré será tratar el tema como si fuera un objeto de estudio. Las palabras del historiador francés Georges Duby que cité arriba pertenecen a uno de los mejores libros que pueden leerse sobre la Edad Media: Año 1000 – año 2000. Las huellas de nuestros miedos, cuya lectura recomiendo fervorosamente.
Y por cierto que estas palabras, aplicadas al contexto del año 1000, aún hoy mantienen su vigencia. En nuestra sociedad del siglo XXI muchos miedos nos aplastan, pero ninguno como el miedo al otro.
El otro no soy yo. Ese es básicamente el problema. Yo soy totalmente predecible, tomo determinaciones que siguen la lógica de mi vida y me amo mucho. El otro, en cambio, es alguien con el que juego una suerte de competencia, una partida de ajedrez a ver cuál de los dos se mueve mejor en el borgeano tablero de la vida. El otro siempre es diferente, y eso no debería estar mal. Pero cuando el otro es muy, muy diferente, ahí la cosa cambia. Y ese es uno de los puntos sobre los que basaré este somero análisis de la homosexualidad en nuestra vida cotidiana.
Parto del supuesto de que vivimos en una sociedad machista. La mujer, por ende, está casi siempre bajo el dominio del hombre y toca bajo su batuta en la mayoría de las familias. Desde un punto de vista físico-sexual, el hombre es quien “penetra”, “entra”, “invade” el mundo de la mujer. El cuerpo de la mujer es “penetrado”, “entrado”, “invadido”. Esto, claro, desde que el mundo es mundo y desde que el cuerpo de la mujer, en general, es considerado como objeto de pertenencia. El hombre “posee” una mujer, es decir, se adueña de ella y legisla para regular esa posesión.
Pero, ¿qué pasa cuando es un hombre el que se deja poseer por otro? Esa es probablemente una de las heridas más grandes que pueda recibir la hombría de todos los tiempos, y el sujeto que se transforme en objeto, que sea “penetrado”, “entrado”, “invadido” como una mujer, es usualmente visto como un ente de perversión, una manifestación de desorden en un mundo que, al existir un dios, tiende al orden. (Aquí conviene el recuerdo de aquella teoría de las mónadas de Leibniz ridiculizada de forma magistral por Voltaire en su Cándido: “Este es el mejor de los mundos posibles”.) (También conviene el recuerdo de esa voz afeminada con que Paco Espínola representaba al diablo cuando narraba oralmente su cuento “Rodríguez”.) Ese hombre, ese homosexual, es malo. No representa valores apropiados y su alma no puede ser salvada. ¿Por qué? Bueno, porque ha dispuesto de su cuerpo de una manera inusual, de una manera que atenta contra el status quo machista y dominante. A esa persona, automáticamente (y no es que la sociedad “piense” estas cosas cuando las hace) se le restringen los accesos y se le practican toda suerte de bromas y zancadillas. Hasta hace dos o tres años eran muy pocas las murgas que no presentaban un homosexual entre las atracciones de su couplet o de su humorada, y así hacíamos todos catarsis por esa horrenda cosa que nos parece un homosexual.
¿Y cuál ha sido su pecado? Pues bien, su pecado ha sido poseerse a sí mismos. Poseerse y decidir sobre su propia vida y no dejar que decidan la costumbre o las religiones del lugar (todas, y en esto son unánimes y más ecuménicas que nunca, todas las religiones condenan la homosexualidad).
Pero para la hombría hay un golpe aún más duro, y es la constatación de que hay mujeres que, aunque nos duela, no “reciben” placer en la relación sexual con un hombre. Algunas de esas mujeres, incluso, deciden no abstenerse de una vida placentera desde lo físico y encaran relaciones con otras mujeres. Se las conoce con el nombre de lesbianas, y son aún peor consideradas que los homosexuales hombres, pues prescinden totalmente del género masculino, lo que desde un punto de vista simbólico es un pecado difícil de perdonar en una sociedad, como ya se dijo, machista.
CONTROL DE LA SEXUALIDAD. Uno de los puntos clave de la vida del ser humano es su sexualidad. Como esbocé arriba, todas las religiones del mundo lo han entendido muy bien y por ende siempre han regulado los comportamientos sexuales de acuerdo a ciertos patrones más o menos similares: matrimonio, parejas estables, heterosexuales, etc. Aún así cada tanto surgen religiones cuyos preceptos cambian y se aggiornan o simplemente rompen con lo que era usual. Pienso en aquellos primeros mormones del siglo XIX obligados a recluirse en la entonces perdida ciudad de Utah, expulsados por los protestantes americanos debido a sus escandalosos episodios de poligamia, o en los monjes budistas de principios del siglo XX que, tras sincerarse con sus superiores, propiciaron la abolición del celibato en su religión.
El celibato debería analizarse también en la misma línea de las conductas sexuales que cuestionan la hombría de la sociedad machista. El célibe, a grandes rasgos, decide no practicar una actividad para la que ha sido naturalmente dotado. Si el lector de estas páginas cree en Dios (pues quien las escribe sí cree), digamos que el célibe ha decidido por sí mismo no utilizar algo que Dios le dio. O al menos decir que no lo utiliza y comprometerse en público a no utilizarlo. Pues bien, todos respetamos esa condición y la tenemos tan naturalizada en nuestra sociedad que no nos conmueve en lo más mínimo que haya personas que decidan de alguna manera anular la pulsión sexual. ¿Por qué estas personas, cuyo comportamiento ante la sexualidad es si se quiere tan inusual, tan singular, se convierten de pronto en jueces y censores de los comportamientos inusuales y singulares de otros? ¿No sería acaso correcto que la misma tolerancia que ellos reciben pudieran otorgarla? Monseñor Cotugno, que es la máxima jerarquía de la Iglesia Católica (y yo fui educado en el catolicismo y en los valores cristianos, que siempre defenderé), ¿qué podría responder a este respecto?
PREGUNTA. A las lesbianas les viene su nombre de la isla de Lesbos donde vivió la gran poeta Safo, figura principal del mundo clásico griego. Safo se enamoraba de otras mujeres y cantaba a la belleza de Afrodita. También Eurípides, el dramaturgo más transgresor de Atenas, era homosexual. Alejandro Magno (educado por el mismísimo Aristóteles), por supuesto, y miles de otros y otras (Simone de Beauvoir, Oscar Wilde, etc.) entre los que no puedo dejar de mencionar a Federico García Lorca, asesinado de forma muy simbólica durante la guerra civil española por facciosos pertenecientes a Franco (Franco, el mismo Franco de quien algún político uruguayo alguna vez ha hablado maravillas…). Si no hubieran existido estas fuerzas, ¿qué tipo de arte tendríamos?
10 comentarios:
Lo condenable, lo único condenable, es meterse en las vidas de los demás. Peor todavía: nombrarse emisario de algo que no se puede comprobar, no saber por qué se hace eso.
Para mí, todas estas aberraciones vienen de un hecho simple: el ser humano actúa en contra de su naturaleza, la cultura humana es imperfecta porque no es capaz de integrarlo y hacerlo cumplir con las potencialidades. Lo aleja incluso del pasto y de los árboles. Le da demasiado tiempo libre.
El hombre penetra y la mujer permite ya que es una cuestión de reproducción, si los animales hacen lo mismo diré que es un instinto, acompañado por el goce, y también esa satisfacción o amor de tener un cría naturalmente, con todo lo que lleva como valor y ánimo para la vida misma, está claro que no creo en ninguna clasificación, pero lo diré a tipo de ilustración, los médicos y psicólogos establecen que homosexual es tanto el activo como el pasivo, en la adolescencia los varones y que ya lo dejan de ser, ya que buscan los homosexuales por su facilidad en el abordaje sexual (sin amor una neta animalidad, y por ende ayuda a la deformación), no deja de ser una ignorancia en algunos casos por la inmadurez, pero algunos persisten en el asunto, porque no es más que una mera deformación en su genética, por ende los que están en el otro lado de esas circunstancias, no serían machistas, simplemente coherentes, ya que el 7 no se hizo para mantener relaciones, sino para lo que fue hecho, o sea que no es cuestión de valores, sino de una simple coherencia que la humanidad como un sin fin, en otros asuntos ya no tiene rumbos, o bien hay un rumbo que la mayoría defiende, ya que el ser humano se dice culto e inteligente, y quién diablos le dice que no. Si, esta mal que se les propinen zancadillas, pues no deja de ser otra incoherencia humana, en mi caso me causan compasión unos y otros, y no sé si eso es bueno, ya que yo los veo como enfermos genéticamente, ya que poseen en el cuerpo partes que no le son a fin, como el que nace sin un brazo u otras deformaciones humanas, lamentablemente. En cuanto a la religión yo veo un problema, representan al dios que dicen, pero no a Dios, y allí hay una profunda diferencia, por ende la religión es una de las peores prácticas existentes, diré que es la gran culpable de todo, ya que con su blasfemia a ocultado al verdadero espíritu del Amor. En cuanto al post, siempre inteligente, pero con esa facilidad para sacarme de quicio, pero sé a lo que va dirigido en aquellas hojas de diario, pero mi punto de vista es que contribuye más a la equivocación, es como que tolera, y no va al asunto en sí mismo, la religión de estos hombres es detestable en muchos puntos, pero los homosexuales son enfermos genéticos, como cualquier otro enfermo(lo reitero)muy especial claro, por eso no se toman medidas (deberían estar como caso en la Organización Mundial de la Salud, como un caso a resolver) claro con una difícil cura, pero esa deformación, no encuentra mejor cura que dejar que se deteriore más toda célula humana del futuro, ahora que hay muchas deformaciones y quizás se deban a que el humano se ve contaminado por una serie de circunstancias deformantes, que ustedes podrían hacer una lista mejor que la mía desde el mono de Darwin, y desde el Adán y Eva de Dios. No a la discriminación, Si a poner las cosas en su verdadero lugar, Si a la pureza de la raza humana, y no va por el lado de la contemplación, es hora que alguien mande a esta sociedad mundial, y le muestre su genética corrompida y su psiquis extraviada. Y en cuanto a no meterse en la vida de los demás creo que hay que meterse, si estas vidas, pretenden cambiar circunstancias sociales en las cuales vivo, y pretenden a cuestas de ignorar su enfermedad, cambiar o darles valor de mujer a lo que no lo es, una deformación personal llevada a una deformación de los valores y pretender igualar derechos inigualables a los de las sanas mujeres, dónde está la ciencia, para prevenir deformaciones, tanto físicas y sicológicas. Saludos de un machista. jorge
IFDP: básicamente estoy de acuerdo contigo.
Jorge: creo que nos separan diferencias irreconciliables. No creo que tengas pruebas de ningún tipo de esa cosa genética de la que hablás, y eso no se prueba con filosofía ni razonamiento. La idea de la raza y su cuidado es una idea que ha dado a nuestra especie las aberraciones más imponentes. Yo no quiero sacarte de quicio, en serio. Si ves que eso te provoca cosas feas, evitalo.
Respeto que puedas decir lo que pensás..., pero ayyyy, pensamos tan distinto... Y lo peor: vos estás convencido de lo tuyo y yo de lo mío. Es predicar para conversos... Lo lamento.
LA RESPUESTA NO SE DEJA ESPERAR: Nada tiene que ser reconciliable, cada ser humano tiene sus ideas y formas de interpretar el existir, en cuanto a evitar cosas desagradables es darle la espalda a la realidad, hay situaciones que se las evitan enfrentándoselas. Y en cuanto a las aberraciones, no hay más que ver un homosexual con su pene atrofiado (semi-desarrollado), eso no es una deformación genética?, y en cuanto uno escribe sobre un punto, debe saber que algo puede traer controversias, y ambos están en su amplio derecho de acción, uno simplemente lee y al final de la lectura interpreta, cómo desechar algo sin observarlo, guiarse sólo por el título?, y en cuanto a citar a la filosofía en este asunto no es correcto ésta queda fuera de lugar en este tema.. La genética está relacionada con la biología, estudia los procesos y problemas de la herencia, por ejemplo si mantienen relaciones entre hermanos, primos, padres e hijos, etc (pregunto: eso se puede defender como una no aberración, o que cada uno haga lo que quiera), es probable que nazcan con problemas en su formación cromosómica, y eso está determinado por la ciencia, o sea que una mala formación afecta a la sociedad de uno u otra forma, a no ser a aquellos que evitan el problema, en el mundo nacen niños por la existencia de parejas “normales”, o sea que si estas no existieran…
Y en cuanto a los “famosos” citados, padecían una enfermedad que no les impidió hacer lo que hicieron, que nada tiene que ver con lo que padecían, es como el que tiene daltonismo, por citar sólo una, no le impide pintar, hacer una escultura o escribir, inclusive desatar una guerra. Una vez escuche a un homosexual decirle al mundo que padecía esa enfermedad (psicológica, genética o aberración), ellos saben que la padecen pero no se atreven a decirlo y optan por el camino que les queda. Yo daba por entendido que aquí ya se sabía que un hombre posee genes masculinos y femeninos, pero el número gusto de los primeros para ser hombre (macho), y si estos no están compensados pasa lo que pasa (atrofias visibles), y lo mismo sucede con el sexo femenino. En fin cuando a uno le toque en un ser querido en carne casi propia veremos, si aceptamos, pero en el fondo diciendo, me hubiese gustado otra realidad. Si mi opinión es contradictoria al post, el post también es contradictorio en igual medida, en relación a que no todos pensamos iguales, y eso no nos hace mejores ni peores, así como el hombre domina a ciertos animales impartiendo su juicio, el hombre no es el último animal, y también se le impartirá juicio, allí nos vemos. Estimado, tened paciencia y tolerancia para conmigo, que las ideas no van en uno eternamente, a veces sufren cambios, y si naciera un nuevo Hitler, de seguro yo me uniría a usted, y a los principios liberales y democráticos. Saludos. jorge
1- ¿Quién dijo que los homosexuales tenemos el pene atrofiado?
2- Preferimos que se una a Hitler.
Escuché lo del debate y no me sorpendió che, siempre debaten cosas sin sentido...hace poco debatieron en el vaticano si la literatura reflejaba la realidad, por el libro este..., "el código da vinci".
Yo te aguanto Jorgito, te lo dije pero estas cosas...mmm:"en cuanto al post mi punto de vista es que contribuye más a la equivocación, es como que tolera", y más adelante, "Estimado, tened paciencia y tolerancia para conmigo".
¿Será porque nombraste Voltarie que se acordó de la tolerancia?
Por encima de las ideas de los individuos, aprecio al ser humano, jamás le diría a alguien lo que debe de hacer o unirse a tal o cual causa, sólo daría mi punto de vista. Cuando hablo de enfermedad no hay en mi ánimo alguno de discriminar, hablo como una enfermedad cualquiera, los médicos vivirían discriminando cuando dan la noticia de una enfermedad, o cuando la OMS publicó que los mayores contagiados de Sida son los homosexuales eso es discriminar no, luego de mis dos primeros comentarios fui a ver otras opiniones de neurólogos, psicólogos, (Freud, Richard von Krafft-Ebing, etc) y me encontré que con el tema genético no estaban en desacuerdo conmigo y además aportan, en lo que incide el aspecto psicológico. (http://es.wikipedia.org/wiki/homosexualidad), Ej. Freud cambia su punto de vista, otros lo mantienen y así el debate, y esto es un debate si se quiere, nadie está mandando a una clínica a nadie, ni nadie manda a ser abanderado de ningún genocida, repito un debate sincero y abierto. Si es un problema de nuestra sociedad moderna o atrasada, es esa la cuestión y no otra suspicacia en mi ánimo, porque si el mundo fuera homosexual solamente, no nacerían más niños y la raza humana se extinguiría (esto indica algo) por lo tanto tendrían que existir por lo menos bisexuales, y yo me pregunto: la mujer de ese hombre bisexual, mujer de familia y con hijos que se enteraron o vieron a su marido siendo penetrado por otro “hombre” no sólo descubrieron una mentira…, y qué dirán sus hijos, eso no es un acto negativo (como otros tantos del ser humano) y debemos aceptar que los homosexuales adopten niños, los cuales no tendrán el referente de una mujer o a la inversa, no están condicionados seres que no tienen el derecho a optar, no hay una violación a los derechos individuales del niño, como no entrometerme en la vida de los demás si pretenden cambiar normas de mi sociedad casi sin fundamentos y sobre todo con una clara arbitrariedad, y sin un análisis previo como lo debería hacer si fuera una sociedad mundial más íntegra e inteligente como se suele llamar a sí misma, a efectos de establecer lo más viable y sano para su conjunto y su prosperidad en un ámbito sano y proclive a la evolución no a la desaparición, así como en la historia ha habido otros temas de conflictos (ej aborto) entre grupos humanos, este es uno más, ni uno ni otros tenemos la verdad, damos opiniones, en el futuro se aplicará una u otra razón humana, y más allá en el futuro lejano, la humanidad sabrá si estuvo equivocada o acertada en la determinación, pero de hecho nosotros no estaremos aquí para saber la verdad, ni siquiera nuestros más lejanos ancestros, porque las consecuencias se verán a muy largo plazo. Referente a la atrofia en el pene de algunos travestis (autopsias, fotos, etc están al alcance de todos) ese, es por decir, de alguna manera el extremo de la deformación (por eso cité el ejemplo) ya que es sabido que no todos los homosexuales son travestis. Si al derecho de los niños, Si a la tolerancia, Si a la conformación de la familia sin mentiras y naturalmente próspera, sana y procreadora, Si al respeto de la MUJER, Si al derecho de opinar a unos y a otros, Si a darle a los órganos humanos su debido uso y que están desde que la humanidad es humanidad por alguna razón. Quizás Vero tenga razón, si es un sin sentido, es que la humanidad entera está equivocada en muchos aspectos en la forma de haber encarado su existir en el Universo. Mi respeto al titular de este blogs por haber puesto en el tapete este tema, y que demuestra que no se queda de brazos cruzados ante aquello que concidera injusto, y según mi humilde opinión, eso es más valorable en un hombre que la propia idea, pues hay muchos que se quedan en silencio por miedo o interés o por verdaderos maliciosos. Saludos. Jorge
La desaparición del ser humano sería muy beneficiosa para el planeta.
El texto parte de un error: el creer que la sociedad es machista. No es lo mismo machismo que patriarcado. "Machismo" es un término moderno que refleja el poder de la mujer y de lo "femenino" en nuestro discurso y nuestro lenguaje. No quiero seguir alimentando un debate que, de seguro, ya está terminado... Recomiendo la lectura de "La inevitabilidad del Patriarcado" de Steven Goldberg.
Un abrazo a todos ustedes!!!
A.A
Jorge: te entendí... en ciertas cuestiones nos acercamos, pero vos pensás todo muy desde "la naturaleza del hombre" y eso es muy tambaleante...
Tienes razón, todo es tambaleante, será la materialidad del existir que conocemos, y este tema se cirunscribe en esta vida, me pregunto si pescaré en un bote en el más allá, así que para allá me voy para no seguir con el tema. Saludos. jorge
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