Después del encuentro desencuentro de escritores y demás entidades relacionadas a la palabra, tras el intercambio de libros fraterno, viene la despiadada lectura, tras la que cualquier posible atisbo de amistad puede fácilmente desmoronarse… Pero no... que prime la cordura...
EL CIELO IMPERFECTO, de William Johnston. El multipremiado escritor uruguayo nacido en 1967 deja aquí una especie de nouvelle sobre la infancia problematizada de un niño. La trama, casi inexistente (porque todo es mínimo, leve, subterráneo en el mejor de los casos), es una de esas tramas con familia disfuncional en tiempos de dictadura. Un par de personajes alumbran el camino entre tanta grisura: la escritora exitosa, por ejemplo. Y el niño, claro, que termina siendo una voz narrativa solvente. Recomiendo.
EL PRÓFUGO, de Alfonso Larrea. Bueno…, la verdad es que me gustó. Creo que la novela, que se hace tediosa en el medio, se guarda las energías para los dos o tres capítulos finales, cuando las dos historias paralelas por fin se encuentran y las explicaciones se suceden, aunque no de forma explícita, como si el lector fuera un nabo, sino con ciertas sutilezas que están muy bien. Se percibe una cosa muy onettiana, según me ha comentado alguien de confianza del autor. Recomiendo.
EL TERCER HOMBRE, de Graham Greene. Una hermosa novela del británico especialista en espías, tugurios y otras yerbas. Es un autor que me propongo explorar más a fondo. Por ahora sólo conozco la mencionada y otra que, increíblemente, se desarrolla en una provincia argentina y que leí en 1996 para mis exámenes finales de inglés y se llama The honorary consul. Las dos son estupendas, pero refiriéndome a El tercer... (cuya lectura debo a una fuerte insistencia de Rodolfo Santullo en una librería de Tristán Narvaja), se trata de un escritor, Martins, que llega a Viena invitado por un amigo (Lime) justo cuando ese amigo acaba de ser atropellado por un coche y se disponen a enterrarlo. De ahí en más, la novela es hermosamente buena, atrapante y divertida. Recomiendo con cierto fervor.
TODA SOMBRA ME ES GRATA, de Álvaro Ojeda. De lo mejor que he leído en poesía este año. Un libro que atrapa (cosa difícil de lograr para el género lírico) con imágenes notables y muchos recuerdos. El yo lírico tiende a un narrador protagonista en ocasiones y eso hace que el ritmo, pautado por el verbo, mantenga al lector tenso y expectante. Por si fuera poco, juegan aquí ideas y personajes históricos y míticos con gente de carne y hueso, niños, madres. Vivos y muertos que hacen poesía. Ha sido uno de mis mayores hallazgos recientes. Una cosa para agradecer al área de letras de la división cultura del ministerio de educación y cultura de la república oriental del Uruguay. Recomiendo con mucho, mucho fervor.
EL CIELO IMPERFECTO, de William Johnston. El multipremiado escritor uruguayo nacido en 1967 deja aquí una especie de nouvelle sobre la infancia problematizada de un niño. La trama, casi inexistente (porque todo es mínimo, leve, subterráneo en el mejor de los casos), es una de esas tramas con familia disfuncional en tiempos de dictadura. Un par de personajes alumbran el camino entre tanta grisura: la escritora exitosa, por ejemplo. Y el niño, claro, que termina siendo una voz narrativa solvente. Recomiendo.
EL PRÓFUGO, de Alfonso Larrea. Bueno…, la verdad es que me gustó. Creo que la novela, que se hace tediosa en el medio, se guarda las energías para los dos o tres capítulos finales, cuando las dos historias paralelas por fin se encuentran y las explicaciones se suceden, aunque no de forma explícita, como si el lector fuera un nabo, sino con ciertas sutilezas que están muy bien. Se percibe una cosa muy onettiana, según me ha comentado alguien de confianza del autor. Recomiendo.
EL TERCER HOMBRE, de Graham Greene. Una hermosa novela del británico especialista en espías, tugurios y otras yerbas. Es un autor que me propongo explorar más a fondo. Por ahora sólo conozco la mencionada y otra que, increíblemente, se desarrolla en una provincia argentina y que leí en 1996 para mis exámenes finales de inglés y se llama The honorary consul. Las dos son estupendas, pero refiriéndome a El tercer... (cuya lectura debo a una fuerte insistencia de Rodolfo Santullo en una librería de Tristán Narvaja), se trata de un escritor, Martins, que llega a Viena invitado por un amigo (Lime) justo cuando ese amigo acaba de ser atropellado por un coche y se disponen a enterrarlo. De ahí en más, la novela es hermosamente buena, atrapante y divertida. Recomiendo con cierto fervor.
TODA SOMBRA ME ES GRATA, de Álvaro Ojeda. De lo mejor que he leído en poesía este año. Un libro que atrapa (cosa difícil de lograr para el género lírico) con imágenes notables y muchos recuerdos. El yo lírico tiende a un narrador protagonista en ocasiones y eso hace que el ritmo, pautado por el verbo, mantenga al lector tenso y expectante. Por si fuera poco, juegan aquí ideas y personajes históricos y míticos con gente de carne y hueso, niños, madres. Vivos y muertos que hacen poesía. Ha sido uno de mis mayores hallazgos recientes. Una cosa para agradecer al área de letras de la división cultura del ministerio de educación y cultura de la república oriental del Uruguay. Recomiendo con mucho, mucho fervor.