miércoles, 7 de enero de 2009

DICCIONARIO URUGUAYO (un poco desordenado...)


Desde el archivo va este diccionario por entregas. Es del 2004 y parte del 2005. Otra vida, casi...




J. Décima letra del abecedario. Una de las tantas que pasan desapercibidas la mayoría de las veces. No suele presentar grandes méritos, a decir verdad.
Jabalí, n. zool. Dícese del mamífero paquidermo (por lo tanto, y aunque nos resistamos a creerlo, pariente del elefante) considerado como cerdo salvaje (igual que algunas personas). Igual de salvajes resultan ser aquellos que, con perros, fusiles, escopetas, sables, ametralladoras y otras escopetas de caño recortado, se internan en los montes de para darle caza.
Jabalina, n. zool. Dícese de la hembra del jabalí, que usualmente es arrojada a distancia por forzudos deportistas en disparatadas competencias atléticas.
Jabato, n. zool. Producto que surge del cruce de las dos definiciones anteriores.
Jabón, n. Elemento elaborado con determinadas materias grasas que sirve para eliminar del cuerpo otro tipo de materias grasas. El famoso artista norteamericano Michael Jackson posee toda una colección de estos implementos. En su caso particular, no cabe duda de que son jabones de tocador.
Jaez, n. Dícese de los adornos que se ponen a las caballerías como símbolo de ostentación. Un ejemplo local podrían constituirlo los jinetes gauchescos improvisados (verdaderos adornos humanos) que debemos sufrir año tras año en el día del gaucho.
Japón, n. Lugar perteneciente a la mitología oriental, donde cuenta la leyenda que viven seres acostumbrados a trabajar mucho y sobreponerse a todo tipo de adversidades, tales como bombas atómicas y bloqueos económicos estadounidenses.
Japuta, n. zool. Pez hembra de los acantopterigios que se cría en el Mediterráneo, es comestible, y su madre no goza de muy buena reputación.
Jaque, n. Lance del juego del ajedrez mediante el cual se amenaza al rey por parte de alguna de las piezas contrarias. Si el rey es uruguayo, se le dice jaque mate. Y supongo que si es paraguayo le dirán jaque tereré.
Jaqueca, n. Especie de dolor de cabeza pronunciado que le sobreviene a los jugadores de ajedrez después de una partida complicada.
Jefe, n. Nombre que el ser humano ha dado a una de sus subespecies, cuya característica principal es la de ordenar que otros hagan el trabajo sucio.
Jerga, n. Palabra muy usada por los payadores para hacer de pie a otra muy parecida con la que rematan la payada.
Jibaku, n. Voz japonesa con la que se significa el abandono de la vida al servicio de la patria. Sirve para denominar, por una suerte de desvarío semántico, al torpedo tripulado que los japoneses solían utilizar en la segunda guerra (creo que los japoneses están todos locos). Sería imposible trasplantar este tipo de actitudes guerreras al soldado uruguayo, pues éste no sabe lo que es un torpedo. Lo más parecido que podríamos obtener aquí sería un “caballo tripulado”, con la casi imposibilidad de que desde su choque contra el objetivo enemigo sea provocada la muerte del tripulante por amor a su patria.
Jirafa, n. zool. Animal perteneciente a las mitologías de los pueblos africanos cuya paradigmática virtud es la de poseer un cuello muy largo, es decir, al igual que mucha gente en este país, mucho cogote.
Joven, n. Grupo etáreo caracterizado por su propensión a los viajes forzados al exterior.
Jubilado, n. Destino al que los jóvenes se acercan día a día.
Juicio, n. Lo que ha de sucedernos una vez se descubra quiénes hemos sido realmente. Al juicio que ostenta determinadas condiciones estéticas se le denomina Juicio Divino.
Julo, n. Res o caballería que va delante de las demás en el ganado. También es un vocablo muy usado por los payadores para facilitar la rima con otro muy parecido y que comienza con C.
Jurar, v. Acción por la cual uno se asegura que lo que va a decir es realmente una mentira. De lo contrario, no habría necesidad de jurar.
Justicia, n. Virtud más que utópica por la cual deberíamos dar a cada uno lo que se merece.
Justificación, n. Documento presentado ante quien corresponda para explicar, por medio de una mentira, que no hemos realizado lo que deberíamos haber hecho hace ya algún tiempo.
Juzgar, v. Vieja costumbre de nuestro país que nos permite involucrarnos (casi siempre sin autorización) en la vida, las decisiones, las creaciones y los comportamientos de los otros, siempre desde un lugar de impunidad. Nos consuela el hecho de que los demás hacen lo mismo con nuestra vida, nuestras decisiones, nuestras creaciones y nuestros comportamientos.


7 comentarios:

Unknown dijo...

Thanks Mr. Bierce.

Pedro Peña dijo...

Sí, la idea primaria de este diccionario era una suerte de homenaje humildísimo al gran Ambrose Bierce. A propósito, ha llegado a mis manos un libro de más de 2000 págs, con letra chica, con más de cientocincuenta narradores y poetas norteamericanos desde el 1600 hasta nuestros días. Inexplicablemente, para mi desazón, ni una palabra de Bierce.

Damián González Bertolino dijo...

Mmmm
¿En serio?
¿No es uno que tiene prólogo de Carlos Fuentes?

Leonardo de León dijo...

Buenísimo, Pedro. Pasá los datos de ese libro...
Un abrazo desde Aguas Dulces.
L.

Pedro Peña dijo...

el libro se llama Concise anthology of american literature, está en inglés y el editor general es un tal George Mc Michael, a quien no tengo el gusto de conocer. Hay cuatro editores más que tampoco conozco. Suena a cosa de academia. 2230 págs. Estaba en una biblioteca particular y al desmantelarla pensaron "que me podía interesar". Se presenta la obra de un autor, cuento o serie de poemas o hasta alguna novela corta, se da información de contexto, biográfica, etc., y así. Muy buena herramienta.
DGB: no podía ser algo prologado por Fuentes ya que justo él no se iba a olvidar de Bierce.

Pedro Peña dijo...

El libro de conciso tiene poco: es exhaustivo y de letra bastante chica, y algunos poemas hasta van en columnas para ahorrar espacio. Me parece, salvo por la obvia falta de Bierce, excelente. Empieza con escritos de el capitán John Smith (no Aníbal, como alguno andará pensando ya) y termina con Barthelme, están desde Eliot hasta Malamud, Dickinson, Flannery O´Connor, Ferlinghetti, Ginsberg (lo primero que ataqué), y bueno, todos, menos el gringo viejo. En cuanto lo termine queda a las órdenes. Se precisa conocimiento de inglés y un buen diccionario para términos viejos y no tanto.
En la edición tienen que ver la UCLA y la U de Virginia, dos prestigiosas. Que un libro así me haya llegado de esa manera es para pensarlo...
Saludos

Pedro Peña dijo...

Fe de ratas: donde dice "de el capitan", debe decir sólo "del capitan". Excuse moi. (¡en qué manos estarán los estudiantes de este país!)