martes, 14 de junio de 2011

Pienso, no mucho, pero pienso...


1. Lo obvio. El pensamiento se hace con palabras. ¿Es posible pensar sin hablarnos en silencio a nosotros mismos? Por supuesto que no. Todo pensamiento es un diálogo de Pedro con Pedro, de Juan con Juan, de María con María. Una de las formas que conoce la literatura.

2. Todos formamos parte de innumerables colectivos. En mi caso, del colectivo docente, del colectivo de la cooperativa de viviendas, del colectivo de los hinchas de Peñarol, del de los que toman medicamentos todos los días, del de los que toman medicamentos para la gastritis, del de los que compran en determinado almacén… Cada colectivo al que pertenezcamos se comerá un pedacito de nuestra individualidad.

3. El Campeonato Metropolitano de Básquetbol debe ser una de las experiencias más rudas del deporte universal. Las “canchas” en realidad son gimnasios. Un metro separa la línea de la “cancha” de la dura pared del gimnasio, de suerte que si el jugador no controla sus movimientos, terminará escrachado contra esta última. Si se salva de eso, deberá cuidarse de la marca acérrima y bruta de los integrantes del equipo contrario, cuando no del propio equipo, o de los mismos jueces, que pasan pechando.

4. Hace poco soñé que venía un tsunami. El agua de la gran ola era marrón y venía a una velocidad nunca vista. Entró por la ventana y entonces recordé que en el dormitorio, en la cama, estaba mi hija. El agua lo inundaba todo, pero el nivel no subía más allá del colchón y de alguna manera yo tenía la certeza de que mi hija no corría peligro. En cambio, me miraba sonriente, fascinada.

5. ¿No les da la sensación de que el tema de la edad de imputabilidad está mal discutido? Insisto: uno es de determinada forma un día y, al otro, sólo por cumplir un año (ya sea 18 o 16), ¿es distinto? No, no, no. Entonces el asunto se discute mal. La edad no es la clave sino el grado de racionalidad que queda de manifiesto en el crimen. Me remito a Dante, que se remitía a Aristóteles.

6. Pensando en este tema de los 18 me acordé de un conocido mío que se pasaba amenazando a otro. Cuando cumplas 18, ese mismo día, te doy una paliza para que aprendas a respetar, para que no seas tan tarado, guacho estúpido. Cada tanto los veo por la calle y me pregunto si la amenaza se habrá concretado. Ambos parecen estar bien, por ahora.

7. Tengo un partido político que me identifica. Me molesta mucho cuando coincido con opiniones de gente de los otros partidos políticos… lo que muy a mi pesar ocurre bastante seguido… ¡Diablos!

8. Jueves de noche. Acá estamos, respirando territorio chileno que ha volado por los aires y nos llega en forma de ceniza. Pronto llevaremos a Chile en nuestra sangre.

5 comentarios:

Jorge Abeel dijo...

Pienso que los pensamientos nacen de diferentes raíces, como una yerba, una flor, tremendo árbol, ojo, yo no me atrevería a decir, siquiera, que los vegetales no piensan, está la reflexión, pero creo más en la imaginación, y no creo que PEDRO dialogue con Pedro, quizás estemos equivocados en ese creer percibir los diálogos. El post está ameno, cosa que me cuesta a mí lograr, es que quiero llevarme y llevarlos a todos a Juicio. Y crea amigo, que eludo todo colectivo, detesto los boletos…me quedo pensando y no encuentro ningún colectivo en que participe, estoy jugando al frontón con un grupo de conocidos, que nunca conoceré, mmmm!!! es lo más parecido a un colectivo que puedo mencionar. En cuanto al Metropolitano totalmente de acuerdo, creo que todos deberían presenciar un partido de tales características. No lo sé, pero los niños son recién llegados al mundo, ellos se fascinan, encantan, magnetizan, la historia humana despierta los miedos y los destruye…El grado de racionalidad es precisamente en lo que se basa el Derecho Penal para y entre otras circunstancias para determinar la responsabilidad delictiva del podrido sujeto, unos se pudren con el tiempo y otros en un segundo (no busquen excusas), todo aquel que cometa un delito debe pagar que es sinónimo ilógico de reparar el daño, siendo el verdadero fin corregir al inadaptado, sin tener en cuenta la edad, siempre que se pruebe que tuvo conciencia y intención del acto que efectúa, hay buenos niños de doce años, y hay imbéciles de doce años, y en mi opinión no me interesan sus causas, me interesan que se hagan útiles y buenos, o que vivan encerrados, hasta que la re-educación haga su efecto; los delincuentes de todas edades se aprovechan de los vaivenes de los ignorantes Doctores en cómodos asientos legislativos. Los otros partidos políticos copian ideas, y ajustan las opiniones para que pasen a ser análogas al vuestro, yo pienso que existe un solo partido, y que se divide solo de acuerdo a las conveniencias del momento, todos son altruistas, con errores y también maldades. Sueño con ir a los Andes algún día, y ver a los cóndores no cegados por atroces costumbres humanas. Después me dice cómo hace para viajar tanto y alto, que yo no he podido llegar a Cerro Chato. Saludos. jorge

Pedro Peña dijo...

Don Jorge, gracias por siempre comentar y dejarme temas y cuestiones para rumiar.
Le envío un saludo!!!

Jorge Abeel dijo...

Pasé por aquí a leer la respuesta si es que había a mi comentario, y me fui, y no sabía que decir, esa palabra rumiar me dejó pensando, este amigo está loco, le caerá mal todo, ni siquiera es pasto, es musgo, y ante aquella palabra de la que me vengo discurriendo, todos tenemos miedo a la palabra burro, al menos me lo supongo, yo siempre me propuse ser un burro cargado de letras (que lee y carece de ingenio) cuando llegue, pasaré a ser un burro de carga (hombre laborioso al fin)y también me voy a caer, más bien me voy a tirar del burro (reconocer errores). Cuando cito a los cóndores, es porque había leído un poema de Emilio Oribe, Los Cóndores Ciegos, cuando él fue a Chile, claro ubiquémonos en el tiempo, dice que capturaban a los cóndores, le quitaban los ojos, y los soltaban a volar, el ave tomaba vuelo hacia el sol, es decir ascendentemente hasta morir, y caía como una piedra contra el suelo, no le voy a decir lo que sentí al respecto. Buena Suerte amigo y a URUGUAY también, el domingo. jorge

Pedro Peña dijo...

Emilio Oribe... apenas he leído uno o dos poemas suyos... una de mis tantas deudas pendientes, amigo Jorge!!! ¿Usted lo recomienda?

Jorge Abeel dijo...

Me cuesta mucho recomendar, algo, respeto de una forma extraña al prójimo, aunque siempre pienso que debemos ser geniales, y mirar los asuntos del recomendado con una perspectiva sabia si es que se puede, yo tengo entendido que la Bestia no es un animal, sino el dogma, la política o la idea incorrecta, yo por ejemplo detesto libros best-sellers, y leo libros extraños que nadie lee, y pienso que a PEDRO, no le recomienden libros, su percepción lo lleva directo al libro que quiere leer, pienso que los que aman los libros, tienen ese don especial de atraer el abc que desean, nos pueden regalar libros, en mi caso inmediatamente me doy cuenta si es banal, de acuerdo a mi espíritu que me encamina, sabemos que un carpintero por el olor saca a qué árbol pertenece aquel trozo entre virutas y cuñas. Yo hace un par de años encontré entre miles de libros que estaban tirados en el suelo en un local, donde se iba a abrir y se abrió una biblioteca por parte de un amigo para un barrio de Montevideo, un libro editado en 1953 virgen sus hojas unidas una edición de pésima calidad, algo con filo y a la tarea de desligar las páginas, es La Dinámica del Verbo de Emilio Oribe, el título del blog surge de allí, y el encabezamiento. Uno para recomendar un libro debe conocer profundamente al destinatario, y las posibilidades de acertar asimismo serán mínimas en la selva de las cosas. Yo no voy a recomendar a un amigo como usted un libro jamás, puedo recomendar a alguien de quien sepa que jamás tuvo un libro entre sus manos, con el fin casi vano de que comience a amar la lectura, si algún día le recomiendo algo, tener cuidado, de seguro quiero vengarme jajaja. Esta frase encierra lo suyo "Pienso, no mucho, pero pienso..." digo porque yo razono que el que debe pensar es porque sabe poco, el ideal de genio, creo que actúa a puro espíritu, no imagino a Jesús pensando, por lo tanto más de uno creo, no se dará cuenta que NO MUCHO, es precisamente lo ideal y lo sabio. Un abrazo CELESTE. jorge