viernes, 17 de septiembre de 2010

POESÍA EN PROCESO (segunda parte)


V

Paraíso en el patio sobre la tierra
árbol
recuerdo cuando aquel día
tomé los clavos y te herí
lo lamento
no sabía que aquello era una herida
¿una herida en un árbol?
si hasta hoy me parece mentira
te colgué un aro de hierro y mis tardes
consistieron en introducir una pelota
que bajaba, penetraba y se iba
a la otra dimensión
a esa de las pelotas embocadas
que en apariencia vuelven
que en apariencia caen
pero no.
Han traspuesto la realidad
hacia otra cosa aún más real.


VI

Otros guerreros del tiempo
eran aquellos que se asomaban
por encima de un muro que nos parecía eterno
se asomaban y disparaban los coquitos de paraíso
con su pistola de tubo de cartón y globos.
Temblaban madres del otro lado
temblaban y decían:
te vas a quedar sin un ojo
pobres
claro que sufrían
porque para esas madres nuestras
era evidente que necesitábamos ojos
ellas precisaban ojos
por extensión
nosotros precisábamos ojos.
Ninguna piedra de ninguna onda me mutiló la vista
ningún coquito de paraíso hundió nada
de forma irreparable
mis ojos están donde siempre estuvieron
más sanos que nunca
apenas con ciento veinticinco en uno
y ciento cincuenta en otro
y con estos cristales espejos por delante
relativamente sanos, mamá
no se arruinaron de una pedrada, mamá
entonces
¿por qué no ven?

2 comentarios:

Martín Bentancor dijo...

Acojonante, como dirían en la madre patria. Gracias por compartir esos versos.
Un abrazo,
Martín

Pedro Peña dijo...

gracias a vos, Martín, por el comentario.

Otro abrazo y a ver cuándo sale ese asado cerrillense!!!