jueves, 19 de agosto de 2010

FRAGMENTOS DE UN POEMARIO EN PROCESO


I

Recuerdo una esquina
y un niño atravesando el tiempo
y dos manos que empujan
y otra vez la esquina
y recuerdo la primera vez que recordé
allí, frente a la eterna plaza de armas
por la que otros soldados del tiempo
otros enfermeros de las palabras
otros, en fin,
por la que otros pasaron en tiempos
ni mejores ni peores.


II

Recuerdo un muro y un cinto presto
la cuchilla que corta la masa
como una guillotina a destajo
aquella de Robespierre que no dormía
el taconeo de una mujer rubia
una mujer que toca el piano por las tardes
y por las mañanas taconea por la vereda
esa mujer es buena
por añadidura vuelve con el bolso y el pan
desliza sus dedos por la superficie rugosa
toma un trozo y se lo da al niño que recuerdo
que es el niño que tal vez no fui.


III

Ni me dieron ni me quitaron
entonces
en la impositiva de la infancia
mi saldo es cero, cero, cero
parece como si estuviera hablando
de aquel bollón de bolitas que tenía
que supo tener
más de doscientas y que ahora
no hay ni bolitas ni bollón ni nada
cero, cero, cero.

Cero.

IV

La nada.
La nada ni nadie.
La nada de Adán. Mi hermano, Adán.
Mi madre llegó con algo en los labios
y lo soltó sobre la mesa
y mi padre…
mi padre…
no recuerdo qué dijo mi padre
porque de mi padre sólo recuerdo
que un día llegó con un bidón anaranjado
con una calavera en un costado
y la palabra que debía hacer juego con esa calavera
sólo que no la recuerdo, aunque tal vez fuera
por qué no
danger
peligro de muerte
ojo la muerte
y esa es la enseñanza que recuerdo de mi padre
y no es poco por cierto
pero cuando mi madre vino con aquello
con aquellas palabras enjauladas y las soltó
como quien suelta un pájaro en un salón de fiestas
bueno
aquellas palabras me gustaron, creo,
aunque no las recuerdo sí recuerdo que me hablaban
decían “hermano” por algún lado
decían Adán
que es lo mismo que la nada al revés
o sea, el todo.

3 comentarios:

Juana dijo...

más que fragmentos o proceso es un "sueño" hecho poema, onírico recorrido desde adentro, desde ese antes que es ahora, como ese reloj espiralado que lleva y que trae y retrae a lo vivido, a lo vivido, que nunca se sabe, si no es un sueño...

Juana dijo...

ahhh me olvidaba, me gustó tu viaje y leer tu regreso; felicidades por el libro;)

Pedro Peña dijo...

Bueno, gracias por todo Trena, la verdad que se la extrañaba por estos páramos olvidados.